La más tradicional de todas ellas, la lupa de mano o con mango es la que todos conocemos, la que Sherlock Holmes nos mostraba en sus investigaciones.
El observador debe sujetar la lupa por el mango para poder ver las imágenes ampliadas a través de la lente. Ideal para observaciones puntuales, es muy recomendable tener alguna a mano en casa o en tu lugar de trabajo.
Las hay en forma circular y en forma rectangular, con luz o sin luz incorporada y con una gran variedad de aumentos. Las más estándar se mueven en un rango entre 2 y 5X aunque hay modelos que ofrecen hasta 10X de magnificación.
La lectura es su uso más popular, aunque en realidad se utilizan para conseguir una visión mucho más detallada de algún objeto o alguna lectura.
Conociendo la utilidad de este instrumento óptico, en RAIG hemos elegido una amplia selección de lupas de mano o con mango para que tengas una gran variedad entre la que escoger la tuya:
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