A finales de 2017 entró en vigor la normativa europea para retirar de toda circulación el instrumental con mercurio. Esto condujo a retirar del mercado todos aquellos termómetros con columna de mercurio y ser substituidos por termómetros con columna de alcohol.
El gran problema de la columna de alcohol es la aparición de burbujas de aire que alteran la medición de la temperatura, impidiendo el movimiento vertical de la temperatura. Ante este problema puede ser que lo solventemos agitando verticalmente el termómetro y volviendo a unir la columna o bien que no se pueda reparar y debamos devolver el termómetro para sustitución.
Estas burbujas pueden aparecer en el transporte o bien por un contraste muy elevado de temperatura, sobretodo si la radiación solar calienta en exceso el termómetro.
En los termómetros digitales el problema más habitual es la mala transmisión entre el sensor exterior de temperatura y la unidad central o consola. Este percance puede ser debido simplemente a un fallo de conexión puntual o bien a un problema más importante, tanto de la unidad exterior como interior.
Primero de todo siempre debemos comprobar el estado de las pilas o baterías. Luego, un consejo eficiente es colocar primero las pilas del sensor y luego, a los pocos segundos, las pilas de la unidad central o interior. También debemos comprobar siempre que el canal del sensor exterior y el canal interior coincidan (1-1)(2-2)(3-3).
Una vez más debemos insistir en la ubicación de los termómetros. Sabemos que somos un poco pesados en este tema y ya lo hemos comentado en varias ocasiones, pero nunca esta de más recomendar que cualquier termómetro debe estar protegido de la incidencia directa de los rayos de sol o la radiación solar. Esto es válido tanto para termómetros analógicos como digitales.
Esta protección se puede conseguir por dos vías. La económica: Poniendo el termómetro en un lugar siempre a la sombra. La oficial: ubicando el termómetro dentro de una garita protectora, que lo aísla de los rayos de sol.
No solo recomendamos esta opción para la medición de temperatura, lo cual es obvio, sino también para evitar el deterioro del producto. El sol deteriora muy rápidamente el plástico, y las condiciones ambientales el metal.
Y por último, antes de adquirir un termómetro y escoger cual queremos, debemos tener claro el uso que le vamos a dar. Cada termómetro es específico para su uso, entonces características como el material, el rango, la precisión etc.. van a ser prípias de cada utilización.
Si el uso es inadecuado para ese termómetro, podemos tener percances graves, como roturas, deterioros rápidos, daños en la columna, etc..
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