Nos planteamos la observación a gran distancia cuando queremos ver objetos que se encuentran en márgenes superiores a 1-2km. Para la observación a estas distancias necesitamos binoculares con aumento superior a los 10X. Con este aumento superamos la primera barrera para poder ver el objetivo deseado a una distancia que antes nos era imposible ver en detalle, pero también nos ganamos ciertos inconvenientes.
El aumento de potencia tiene sus contras, básicamente en 2 parámetros, la estabilidad y la luminosidad. Para la estabilidad no nos tocará mas remedio que hacernos con un trípode para evitar el cansancio de sujetar y el tambaleo. Para la luminosidad, la solución es aumentar la abertura del prismático, normalmente por encima de los 50mm. Siempre hemos de tener en cuenta que a más aumento, disminuye la luminosidad y el campo visual, y esto se debe contrarrestar con más abertura y mejor calidad óptica.
Normalmente usamos este tipo de binoculares cuando no tenemos la posibilidad de acercarnos al objetivo o bien cuando este pasa o se encuentra a una distancia superior y no podemos apreciar bien los detalles.
En observación de la naturaleza, acercarse demasiado al objetivo implica muchas veces su huida y por lo tanto el fracaso. Por este motivo siempre debemos guardar la distancia suficiente para que el animal no se asuste y no marche. Por ejemplo, esto es muy importante en caza, donde se hacen aguardos muy largos con este tipo de prismáticos y frecuentemente en lugares poco cómodos.
Otro tipo de observación es aquella que se hace desde una terraza, mirador etc.. para poder ver detalles en el mar, ciudad o paisaje. Este tipo de observación es mucho más relajada, en un lugar más estable, dónde sujetar mejor el trípode.
Un caso particular de prismáticos para grandes distancias son los usados en miradores y terrazas, normalmente en lugares turísticos. Estos prismáticos son de instalación fija, ya que son instrumentos muy voluminosos y pesados. Pueden ir con monedas o sin monedas y normalmente tienen más de 20X aumentos y 80mm de abertura.
Permiten ver con claridad los panoramas, y alcanzar mayores distancias que cualquier prismático convencional. Algunos modelos pueden tener una base para poder subirse a ella.
Otros prismáticos particulares son los astronómicos, principalmente pensados para observación nocturna pero que también se pueden utilizar para visión diurna, junto a un trípode que de suficiente estabilidad. Son prismáticos pesados, pero muy luminosos, generalmente superiores a los 15X.
Para resumir este tipo de prismáticos podemos concluir que son binoculares de entre 12X y 20X, con un peso cercano o superior a 1kg y con aberturas de objetivo superiores a los 50mm de diámetro.
Es obligatorio usar un trípode, que debe ser acorde con el peso del binocular. Debe tener la capacidad de carga suficiente y la estabilidad para poder soportar este tipo de prismático y asegurar la mejor observación posible. Observaremos "a pulso" solo con los modelos de 12X y en un periodo no muy largo, ya que los brazos se nos cansarán.
Con ellos vamos a poder observar objetos y fauna a distancias superiores al 1km , e incluso pudiendo llegar a los 2-3km. Nos darán una buena visión en condiciones de poca luz y nos van a permitir observar fauna sin necesidad de acercarnos más de la cuenta.
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