Decidirse por un telescopio no es fácil, es un gasto importante y debemos razonar muy bien cual opción es la más adecuada y sobretodo la que nos permitirá disfrutar más de nuestra observación.
Para definir el tipo de observación dependemos de muchas cosas, pero el factor principal es la óptica del telescopio. La óptica nos va a determinar principalmente la luminosidad, el aumento y el campo de visión. Con dos parámetros básicos, la apertura del objetivo y la distancia focal o también relación focal.
La apertura del objetivo nos marca la luminosidad, a más apertura más luminosidad y más entrada de luz. Así tenemos varias aperturas en el mercado, representadas en mm o pulgadas:
La primera pregunta es:
¿Queremos centrarnos más en la observación de planetas o la luna? . Si es así debemos optar por un telescopio refractor o bien Maksutov. Estos telescopios tendrán un diámetro de objetivo entre 50 y 102mm , y una relación focal siempre mayor a f/10.
¿Queremos observar una mayor porción de cielo para poder observar constelaciones, galaxias y cielo profundo? . Si es así debemos optar por un telescopio reflector o bien Schmidt-Cassegrain. Estos telescopios tendrán un objetivo superior a los 120mm o 5" y una relación focal de f/10 o inferior.
Aquí entramos en el término de la potencia del telescopio, es decir, del aumento. El aumento se obtiene de la relación o división entre la distancia focal de un telescopio y la distancia focal del ocular utilizado. Por ejemplo con un telescopio refractor de 1000mm de distancia focal y un ocular de 20mm, obtenemos 50X aumentos.
Los telescopios refractores, de lentes o de tubo largo, la distancia focal es prácticamente igual a la longitud del tubo. En sistema ópticos cómo Maksutov o Schmidt-Cassegrain, la distáncia focal es mayor, y como el sistema óptico es más complejo, la distancia focal total se obtiene de la longitud del rebote del haz de luz en las diferentes lentes internas. Por lo tanto tenemos longitudes focales mas altas en tubos ópticos mas cortos y por lo tanto telescopios con más capacidad de aumento total.
Si hacemos un resumen muy práctico podemos concluir que si nos interesa la observación de planetas y luna a un nivel de iniciación debemos escoger un telescopio refractor.
Si nos interesa la observación de un campo mucho más amplio de espacio y la observación de galaxias, nebulosas, constelaciones, etc, debemos escoger un telescopio reflector.
Para una observación más versátil y más potente, entonces debemos decantarnos hacia los modelos ópticos de Schmidt-Cassegrain, que nos van a proporcionar más calidad, más luminosidad y más potencia. En definitiva, más avanzada.
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