Primero de todo distinguiremos entre los anemómetros portátiles y los anemómetros de instalación fija. Los primeros son instrumentos digitales o manuales de campo o campaña, es decir, que se pueden llevar y utilizar en cualquier lugar.
El segundo grupo corresponde a los anemómetros que permaneces ubicados siempre en un mismo lugar, normalmente instalados encima de una estructura o soporte y asociados a un sistema de medición digital o automatizado, bien sea de forma individual o formando parte de una estación meteorológica.
Una segunda clasificación nos lleva a distinguir entre los modelos con sensores móviles y los modelos con sensores fijos. Los primeros son los que tienen aspas o molinetes y la veleta y los segundos son los que funcionan por ultrasonidos y no disponen de veleta.
Los anemómetros portátiles son siempre con sensores móviles. En cambio los anemómetros de instalación fija pueden tener ambos tipos de sensores.
Independientemente de la calidad de los sensores, a veces nos encontramos con la sorpresa de que dos anemómetros de dos estaciones diferentes e instalados en el mismo lugar, marcan velocidades distintas. ¿A que es debido?
La primera reacción nos puede llevar a pensar de que uno de los dos está defectuoso, pero normalmente no suele ser así. El problema recae en el modo de funcionamiento del mecanismo y básicamente en el intervalo de medida del dispositivo.
El intervalo de medida o captación de la velocidad/racha puede ir de los 0,5 segundos hasta más de 30 segundos. Cuando mayor es este intervalo, menos rachas de viento registra y por lo tanto más pequeñas son la velocidad y la racha de viento máxima registrada. Por este motivo si estamos interesados en esta variable recomendamos dispositivos con intervalos menores a los 5 segundos y superiores a 1 segundo.
En algunos anemómetros portátiles de molinete, el intervalo es menor a 1,5 segundos y el equipo acaba sobrestimando la velocidad y racha de viento.
El anemómetro siempre debe estar instalado en el lugar más abierto posible y con ningún obstáculo cercano como puedan ser árboles, muros, paredes, edificios etc... La Organización Meteorológica Mundial establece que los anemómetros oficiales deben estar instalados en una torreta o mástil a 10m de altura. En aplicaciones como la agricultura esto varia y normalmente se instalan en un trípode entre los 2 y 2,5m de altura.
El mantenimiento es importante, tanto la comprobación del estado de las cazoletas y la veleta, si giran adecuadamente y si el material esta en buen estado. La comprobación se debe ampliar a la transmisión y validación de los valores, esto ya a través del software correspondiente.
El mantenimiento también se debe trasladar al cableado, en anemómetros y estaciones digitales puede pasar que o bien el ambiente o bien algunos animales puedan dañar el cableado, por lo tanto se recomienda protegerlo con una cubierta de espuma o plástico.
Esta es una pregunta habitual en la tienda. A veces nos interesa solo la velocidad del viento y solo queremos comprar un anemómetro que nos transmita los datos a una pantalla o ordenador.
Esta opción digital a nivel doméstico y a precios asequibles, hoy en día no existe. Los anemómetros digitales que pueden trabajar de forma autónoma están pensados para uso profesional, asociados a un sistema datalogger y a unos precios más elevados. El resto de anemómetros forman parte del conjunto de sensores o ISS, lo que obliga a comprar una estación automática completa.
También es verdad que ciertos anemómetros digitales portátiles, poseen una entrada para rosca de trípode y se pueden instalar de forma fija, pudiendo estar unas horas o días en el exterior, pero en ningún caso de forma permanente.
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